miércoles, 2 de noviembre de 2011

La lechuga.

En realidad no se sabe muy bien qué tipo de planta fue la que comió el pueblo de Israel durante la huida de Egipto ya que las diferentes traducciones hablan de forma más o menos vaga de hierbas o lechugas amargas. Así en algunas comunidades usan espinacas, en otras preparan achicorias, escarolas o endivias, y casi siempre se coincide en que no deben faltar las simpes ensaladas de lechuga común.
La palabra lechuga viene de leche, debido a la sabia que gotea en el momento de cortarla, lo que evidentemente confiere un simbolismo de fertilidad sexual andrógeno y por tanto de alimento mágico, incluso también tiene un cierto carácter un simbolismo de fertilidad sexual andrógeno y por tanto de alimento mágico. Incluso también tiene un cierto carácter femenino si se considera que es una leche producida por la madre tierra. En cuando a su primera acepción, en Grecia era considerada como afrodisiaca y cuenta la leyenda que un día un batelero llevo en su barca a Venus hasta la isla de Lesbos, en agradecimiento ella le regalo un perfume milagroso que lo convirtió en el hombre más bello y más potente del reino. Tan grande fue su fama,  que la poetisa  Safo se prendo del cuándo ella rechazo, ella se suicidó lanzándose desde los precipicios de Leocadia. Entonces Venus le castigo convirtiéndole en lechuga. En esta misma línea de simbolismos eróticos y sin salir de la Grecia antigua. También contaban las leyendas que Venus, para intentar olvidarse de Adonis, se acostaba en una cama de lechugas.
Es importante señalar que las lechugas tienen cualidades calmantes debidas a las altas concentraciones de magnesio que contiene, pero, solo aquellas que hay sido cultivadas en huertos al aire libre y con abonos orgánicos naturales, las que producen de invernadero son absolutamente sintéticas y carecen prácticamente por completo de esa propiedad.
Piensen que para obtener el color verde propio de la planta en cultivo abierto, en esas fábricas inyectan gas carbónico en el aire para acelerar la función clorofílica, ya que de lo contario llegarían al mercado completamente blancas, casi transparentes.
En cuando a las achicorias mucho más amargas que le lechuga, fueron descubiertas para el mundo occidental por los romanos en Egipto cuando Cleopatra coqueteo con el imperio. ¡No es por tanto muy probable que sean estas lechugas amargas descritas en el éxodo del pueblo de Israel en su huida de la esclavitud en suelo egipcio? Sobre todo teniendo en cuenta que no nos referíamos a esas endivias artificiales que nos venden en bandejas, sino a otras variedades mucho as salvajes, como las escarolas.
Cabe también la posibilidad de que estas lechugas amargas diesen plantas de diente de león, o incluso berros, aunque estos últimos estarían descartados en el desierto ya que necesitan gran abundancia de agua corriente y pura.

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